Atmósferas explosivas y gasolineras, dos viejos conocidos

 

 

La gasolina y el gasóleo son productos más que conocidos para la inmensa mayoría de la población. ¿Quién no ha realizado alguna vez en su vida el repostaje de su vehículo en una gasolinera? Esta familiaridad en el trato de estos líquidos inflamables hace que sus riesgos pasen muchas veces desapercibidos, bajo el supuesto de que “nunca pasa nada”.

Este exceso de confianza en su manipulación no debe hacernos perder el enfoque de mantener activas las medidas de prevención que el empresario del sector conoce y aplica, sobre la base de una amplia normativa de seguridad industrial de referencia.

El concepto “atmósfera explosiva” hace referencia al volumen que ocupa una sustancia inflamable mezclada con el aire en proporciones adecuadas para inflamarse en presencia de una fuente de energía que active su combustión.

Actuando sobre la atmósfera explosiva o sobre las fuentes de ignición, el suceso explosión no tendrá lugar.

 

Medidas preventivas

Para conocer y entender mejor la peligrosidad de las atmósferas explosivas debido a líquidos inflamables, como gasolina y gasóleo, y aplicar medidas preventivas, deberíamos tener en cuenta que:

  • Cuando la temperatura del líquido sube, fundamentalmente influida por la temperatura ambiental, mayor presencia de vapores inflamables, por lo que hay que extremar las precauciones en la época estival.
  • Cuanto mayor es la superficie del charco generado por un posible derrame mayor emisión de vapores, por lo que hay que actuar rápidamente con medios absorbentes no combustibles como la arena o la sepiolita.
  • A menor ventilación, mayor peligrosidad. En los espacios cerrados y mal ventilados, pequeñas cantidades de estos productos son muy peligrosas. Recuerda, es más peligroso un depósito “casi” vacío que uno lleno. Las operaciones de mantenimiento, reparación o limpieza de los depósitos o bidones que hayan contenido estos productos requieren previamente la eliminación de los vapores que aún pueden estar presentes en su interior.

 

 

  • Los vapores emitidos son más densos que el aire y tienen tendencia a ocupar las zonas bajas y bajo rasante de los lugares donde se almacenan o utilizan estos combustibles. Rejillas de ventilación próximas a nivel de suelo facilitan la correcta dilución de sus vapores y evitar acumulaciones peligrosas.
  • Gasolina y gasoil no se mezclan con el agua, pudiendo crear una película por encima de la superficie de cualquier charco de agua, aumentando la peligrosidad de zonas que aparentemente no lo son.

 

Fuentes de ignición

Para poder evitar la inflamación de una atmósfera explosiva en una gasolinera podemos actuar sobre diferentes fuentes de ignición, siendo las más habituales:

  • La instalación y equipos eléctricos: deben ser adecuados para funcionar en presencia de atmósferas explosivas o bien estar fuera de la zona peligrosa.
  • El vehículo: Debemos repostar con el motor parado y su instalación eléctrica desconectada.
  • Fumar: creemos que esto está más que superado en gasolineras por razones obvias, pero siempre nos encontramos algún valiente que pone su vida y la de los demás en juego.
  • El teléfono móvil: en este sentido recordar a los usuarios que se trata de un aparato eléctrico con suficiente energía para poder contribuir a la combustión de los vapores de gasolina y gasoil. Cada vez son más conocidos los sucesos en los que debido a un mal funcionamiento su batería ha explotado, imagínense si esto ocurre durante el repostaje. El repostaje es rápido, deje el móvil dentro del vehículo y hable o chatee en otro momento.

 

 

  • La falta de puesta a tierra en los trasvases: los hidrocarburos son sustancias con facilidad para intercambiar carga eléctrica y dar lugar a chispas. electrostáticas. La conexión a tierra en la descarga de combustible en los depósitos es fundamental, así como una buena red equipotencial a tierra de toda la instalación.
  • La ropa y el calzado: hoy en día, debido a las numerosas gasolineras desatendidas en las que el cliente realiza el repostaje de su vehículo, poco control podemos tener sobre su ropa y calzado, lo que da lugar a la posible aparición de chispas electrostáticas por roce y/o fricción según sus características. La ropa de algodón 100% y un calzado con conductividad a tierra (antiestático) son más que suficientes para controlar tal suceso, pero difícilmente se cumple, por lo que es una buena práctica no soltar la manguera durante el repostaje para mantenerse conectado a la puesta a tierra de la instalación y evitar su aparición. Evite el uso del pestillo de autollenado y desentenderse del repostaje.

 

Las tareas de mantenimiento y reparación: trabajos “en caliente” como la soldadura o corte con radial introducen fuentes de ignición más que significativas en instalación petrolífera por lo que hay que aplicar a los mismos rigurosas instrucciones y permisos de trabajo, acompañados del uso de herramientas y útiles antichispas.

Aplicando estas sencillas reglas podríamos evitar, desgraciados sucesos, desde una llamarada que puede generar dolorosas quemaduras, hasta las explosiones de tanques de combustible que conllevan posibles pérdidas humanas y daños importantes a la instalación.

 

 


Fuente: Quirón Prevención